GRANDES ROBOS DE LA HISTORIA DEL ARTE (I): LA GIOCONDA

Hoy en día si le preguntásemos a alguien cuál es el cuadro más famoso de la historia del arte o qué obra es un must-see del Louvre, seguramente nos respondería con la siguiente obra: La Mona Lisa. Pero ¿de dónde procede tal fama? ¿Por qué un cuadro de tan poco tamaño, apenas un retrato de 53x77 centímetros, recibe miles de visitas al día? O como mi primera profesora de historia del arte se cuestionaba ¿por qué la Gioconda y no la magnífica Virgen de las Rocas, apenas estando un par de metros la una de la otra?

Pues bien, la respuesta se reduce a: gracias a un robo. El gran robo de la Mona Lisa, que hizo que durante más de dos años desapareciese sin tener esperanzas de poder recuperarla. Gracias a este robo, el revuelo burocrático y, sobre todo, la gran publicidad realizada a través de los medios de comunicación de la época hicieron que la obra se convirtiese en el misterio más grande la Historia del Arte.

26 Agosto 1911. Hueco vacío donde se encontraba la Mona Lisa.
Salón Carre, Museo del Louvre.
Foto: Mary Evans Picture Library, 10031014

LA MAÑANA DEL 22 DE AGOSTO DE 1911

Fue la mañana del 22 de agosto de 1911 cuando el pintor Louis Béroud se percató del hueco en la Sala Carré del Museo del Louvre que se suponía que debería de ocupar la pequeña Mona Lisa. El pintor se encontraba en el museo parisino para realizar unos bocetos, en esos momentos al comunicar la ausencia de la obra, el personal del museo pensó que se encontraría en el estudio fotográfico del mismo, sin alarma ninguna. Sin embargo, tras varias horas las peores pesadillas parecían hacerse realidad: la obra había sido robada.

Tras la consciencia del hurto tanto el museo como la policía decidieron tener la institución cerrada al público durante una semana, ayudando así tanto a los agentes policiales a indagar en la investigación como a los medios de comunicación ponerse al día en la propagación del escándalo.

Entre los sospechosos se especuló que el poeta Guillaume Apollinaire podría ser el protagonista del delito, al que incluso le llegaron a meter en la cárcel, y el pintor malagueño Pablo Picasso. Aunque finalmente se descubrió que ambos eran inocentes. De hecho, en 2012 se realizaría un filme basado en estos hechos llamado: "La banda Picasso" de Fernando Colomo.

VINCENZO PERUGGIA

1913. Ficha policial de Vincenzo Peruggia tras recuperarse la obra

No fue hasta dos años y ciento once días después cuando por fin se dio con la localización de la obra. Un tal “Leonardo” afirmó a Alfredo Geri, un marchante italiano de arte de la época, a través de correo que contaba con la nada menos que original obra de La Mona Lisa en su poder.

Fue el 10 de diciembre de 1912 cuando acudió Geri junto con Giovanni Poggi acompañados de la policía y director del momento de la Galeria Uffizi de Florencia, a un hotel para así constatar que se trataba de la verdadera y única Gioconda. Fue entonces cuando se dio con el paradero de la obra y el protagonista de tal delito: Vincenzo Peruggia.

Vicenzo Peruggia se trataba de un italiano residente en la capital francesa. Este mismo fue trabajador del museo durante el año de 1910 colocando la puerta de vidrio que protegía a la pintura. Por ello, Peruggia contaba con un uniforme blanco, el mismo que utilizaban los trabajadores del museo, y además conocía cual era el método de sujeción de la obra. El plan con el que contaba Peruggia no era especialmente magistral, tan sólo consistía en acudir el 21 de agosto, día que por cierto era lunes y por tanto el museo se encontraba cerrado, descolgar la obra y llevársela bajo su bata blanca.

Diciembre 1913. El embajador de Francia, varios ministros italianos y el director del Louvre
posando con la Mona Lisa durante la ceremonia de retorno de la obra.

Una de las preguntas más recurrentes podría ser: pero, ¿cómo podría haber ocurrido tal hecho en uno de los museos más famosos del mundo? Pues bien, todo se debía a la carente seguridad del edificio, ya no sólo los sistemas, sino también el bastante reducido personal de vigilancia. Fue a partir de este hecho cuando la institución comenzó a preocuparse más por los métodos de seguridad y la mejoría de los mismos.

En torno a 1913. Caricatura del retorno de la obra acompañada de gran seguridad.
Alude a la falta de la misma cuando aconteció el robo.

MOTIVOS DEL ROBO

En primera instancia, Vincenzo alegó que el motivo del robo fue por simple patriotismo. Justificó esta respuesta añadiendo que pensaba que la obra había sido robada de Italia por Napoleón Bonaparte y que por ello mismo su misión era regresarla a casa. A pesar de que Napoleón es cierto que expolió muchas obras artísticas en diferentes países, la Gioconda no era uno de los casos, ya que la obra fue adquirida por Francisco I de Francia en el siglo XVI.

Portada del Domenica del Corriere.
Tras darse a conocer el robo, las noticias del mismo pasaron a ocupar
las primeras planas de los periódicos.

Otro de los motivos que dio el italiano fue debido al racismo que había experimentado a partir de sus compañeros de trabajo franceses, recordemos que Vincenzo se trataba de un inmigrante italiano en Francia. Sin embargo, esta declaración tuvo que ser declinada ya que junto a la obra se obtuvo una lista de diferentes coleccionistas de arte estadounidenses, lo que aclara que tenía la intención de venderla.

Un posterior artículo, publicado en 1915, y llamado “La Confesión de Peruggia” decía que el ladrón de la Mona Lisa podría haber sido manipulado por un alemán para este hacerse así con la obra. En realidad, se desconfía en la veracidad de tal noticia.

Por último, la más resonada de las hipótesis del motivo del robo vino a partir de Karl Decker en 1932. Decker publicó una historia en la que narraba sus días en los que trabajaba como periodista para el New York Journal en 1914, durante la Gran Guerra, y un año después de la recuperación de la obra. En este escrito se establece a Peruggia en conexión con el conocido marqués argentino Eduardo Valfierno. Según Decker, Valfierno convenció al italiano para que este robase la obra y el poder realizar seis copias falsas de la Gioconda y así venderlas a diferentes coleccionistas, como Morgan o Huntington, entre otros, haciéndolas pasar por verdaderas.

Hoy en día, el motivo de robo sigue siendo una incógnita ya que ni Peruggia era un gran conocedor de arte ni un ladrón especializado. Es más, se piensa que Peruggia pensaba en un principio robar una pintura de Mantegna, pero finalmente se decidió por la pequeña Mona Lisa después de que alguien le dijese que se trataba de la pintura más espectacular del Louvre.

LA CONDENA DE PERUGGIA

Se podría pensar que robando una obra tan famosa el castigo para el italiano sería no sólo de una cuantiosa suma sino además de muchos años en prisión. Sin embargo, esta no fue la suerte de Peruggia ya que fue finalmente condenado a un total de un año y quince días, pero debido a que la Gran Guerra estaba a punto de comenzar, tras siete meses y nueve días Peruggia fue puesto en libertad. Además, el hecho de la Primera Guerra Mundial hizo que el robo del italiano pasará a olvidarse muy rápidamente, haciendo que muchos visitantes desconozcan incluso hoy en día el robo acontecido hace más de cien años.

1909. Mona Lisa en el Salón Carré
Foto: Mary Evans Picture Library

Cantante vendiendo una de las canciones cómicas de la época:
¿La has visto? La Gioconda.

ENTONCES, ¿DE DÓNDE PROCEDE LA FAMA DE LA MONA LISA?

La fama de la Mona Lisa comenzó justo después del robo, principalmente debido al gran revuelo mediático que nació tras su pérdida ya que se trataba de la primera obra robada en recibir la atención de los medios internacionales. Además, nació un gran seguimiento tanto policial como de los medios de comunicación durante todo el periodo que estuvo perdida ya que el hurto se convirtió en un asunto de estado.

A pesar de su desaparición, muchos seguían acudiendo al museo para ver el hueco vacío. Muchos , además, desconocían la obra, ni siquiera la habían visto jamás en persona, fue justo entonces cuando nació el gran icono popular del que se trata “La Mona Lisa” apareciendo en noticieros cinematográficos, vallas publicitarias, postales o incluso cajas de chocolates. Fueron los periódicos, los que tras contar todos los detalles habidos y por haber del robo, comenzaron a crear y especular nuevas historias en torno a la obra, inventándose historias y misterios, entre ellos por ejemplo que Leonardo da Vinci, el autor de la obra, se habría enamorado de la retratada: La Gioconda.

Por último, finalizo con una cita de Simon Kuper, redactor del diario británico Financial Times:

“La Mona Lisa se ha convertido en una de las maravillas del mundo. Pero la idea ha reemplazado a su belleza. La gente responde al mito, y el mito se creó en parte gracias al robo.”