Sharen Davis: Her "Help" in the design of the costumes

"Tú eres buena. Tú eres lista. Tú eres importante"

Esta es una de frases que mejor resumen, tanto en su versión literaria como cinematográfica, las ideas reflejadas a lo largo de las líneas y minutos de: Criadas y Señoras. Palabras que dejan como testimonio una realidad vivida en imagen y texto.

The Help: The Movie.

Nos trasladamos a los años sesenta en la población de Jackson, capital del estado norteamericano de Mississippi. A través de una historia protagonizada por Aibeleen Clark (Viola Davis), y completada con los sucesos de Minny Jackson (Octavia Spencer), la joven y recién licenciada escritora Eugenia "Skeeter" Phelan (Emma Stone), nos muestran, esencialmente, los hechos discriminatorios racistas del sur del país y los cambios sociales que se comenzaban a dar en torno a ello, como es el caso de los movimientos en favor de la lucha por los derechos civiles y de igualdad, en la que tuvo como máxima figura al pastor Martin Luther King.

Skeeter, será la encargada de la unión entre las criadas y las señoras. La muestra de la joven escritora a través de relatos particulares, de las criadas, acerca de la realidad que se vivía en la ciudad sureña deja como testimonio la situación social en la que se encontraba el país y con ello unirá blancos y negros, y, además, creará con ambas, Aibeleen y Minny, una rica amistad con la que revolucionarán, junto con otras criadas de Jackson, la narrativa estadounidense de los sesenta.

Dirigida por Tate Taylor, estrenada el 10 de agosto de 2011, se trató de una película con altas nominaciones para los Premios de la Academia, Oscars: Mejor película, Mejor Actriz Principal, Mejor Actriz de Reparto siendo ganadora de esta última gracias a la magistral interpretación de Octavia Spencer.

Sharen Davis: diseñadora de ideales.

Sharen Davis fue la encargada, como diseñadora de vestuario, de dar la vida a cada uno de los vestidos vislumbrados en el filme, dotándolos de la carga ideal y personalidad de cada uno de los personajes que completan la cinta.

Sharen ya había realizado otros filmes trabajando dentro de la ejecución de su vestuario, todos ellos, películas protagonizadas por actores y personajes de raza negra, tales como: 7 almas (2008), Grandes debates (2007), En busca de la felicidad (2006), Dreamgirls (2006) o Ray (2004), entre muchas otras. Esta era la primera película que realizaba con un reparto de actores blancos, por ello era un doble reto: la realización de una vestimenta magistral que reflejase los pensamientos de sus destinatarios y el trabajo con ellos.

Pasteles y Bridge:

De este modo, Davis se encontraba con un doble reparto: las criadas y las señoras. Eran necesarios vestuarios para el servicio, tanto para el horario laboral como los más ricos trajes de misa, vestidos de las señoras y, por si fuese poco, hacerlos únicos, dotándolos de personalidad y que mostrasen la historia de cada una de sus protagonistas.

Así lo primero era conocer la zona: Jackson, los años: década de los sesenta. Lo siguiente fue saber cual era la moda femenina en esos años en el sur del país. Las damas de Jackson, en esos años, vestían para acudir al club de bridge, lo que le sirvió a Sharen para dotarlos de un primer matiz: feminidad. Tras ello, reconocer la paleta de color: pasteles. Los diferentes tonos pasteles inundaban la moda femenina sureña, recordando a la época de pascua con sus coloridos huevos, diversos motivos, principalmente florales y escotes de lo más recatados. Los cortes eran sencillos, amplias faldas nacidas desde la cintura y largura en torno entre la rodilla y tobillos.

Como suele ser habitual en la realización del vestuario de un filme, se acostumbra a crear una paleta de color, que vaya en sintonía tanto de argumento como sus personajes y esta es empleada en cada uno de sus protagonistas. Sin embargo en The Help, se procedió a un desarrollo diferente. Esto se entiende perfectamente en las propias palabras de la diseñadora, Sharen:

"Este es, probablemente, el mayor número de colores que he usado en mi vida [...]. Y es la primera vez que no tengo que usar una paleta para una película. Cada una de las mujeres tiene su propia historia, su propia casa y su propia paleta".

De este modo, Sharen procedió a la ejecución de cincuenta vestidos totalmente nuevos empleando telas vintage de la época. Mientras que el restante fue conseguido de tiendas tanto de alquiler de disfraces como dedicadas a la venta de vestimenta de los años, tiendas vintage. Finalmente, consiguió poseer una recopilación de un total de cuatrocientos vestidos y trajes.

Aunque, de nuevo, Davis se encontraba más contratiempos para la total confección del vestuario, y este era, la localización del rodaje de Criadas y Señoras, (Greenwood, Mississippi), en donde los recursos para su acabado eran prácticamente nulos:

"La única tienda era un Walmart. Ni siquiera había un Starbucks o un Target [...]. Tuve que hacer volar a una gran cantidad de personas de vuelta a Los Ángeles para conseguir los accesorios en el fin de semana".

A pesar de estas dificultades de trabajo Sharen consiguió elaborar un amplio y rico vestuario en el que no dejó pasar ni el más mínimo detalle, de cada una de las piezas. Prestó especial atención a los rasgos más insignificantes de cada uno de los outfits, completándolos con una gran cantidad de complementos y accesorios de la época, en los que llegó a invertir hasta 15.000$: bolsos de cuero a juego con los zapatos, collares de perlas, pendientes de uva, gafas de ojo de gato o incluso los sombreros empleados en las fiestas en el jardín de Hilly Hoolbrook o los empleados para ir a misa por Minny Jackson.